Y yo continuo con la rutina de probar todos los transportes de Madrid para trasladarme de un sitio a otro. Hoy me merecía un taxi, para empezar la semana con ganas.
De vuelta a casa me apoltroné en el asiento de atrás de un coche con calefacción e insonoro. Maravillada iba con el silencio que el señor taxista había decidió brindarme. Con todos mis respetos a este gremio, hay veces que el cliente no quiere hablar, y no pasa nada.
El silencio es una virtud con la que muy pocos mortales saben convivir, así que con la luz del atardecer perfecta, y sin moverme del asiento, le robé una foto. Me encantaba como entraba la luz en su habitáculo diario y empecé a imaginar como debía ser su vida. Intenté meterme en su cabeza como cientos de personas creen que lo hacen a diario, y me topé con una mente maravillosa que sólo emanaba paz y respeto. A él va dedicada mi foto del día.
Por respetar a todas las personas que lleva a diario y no proyectar en ellas sus frustraciones ante el silencio. Quedan pocos así. Gracias.
EXIF: Iphone 5 Iluminación: Contraluz atardecer Postproducción: Contraste, brillo, y niveles. |
Espero que os guste.
Hasta mañana,
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