Cada vez que veo, escucho, leo o pienso en la palabra prohibido me entran unas ganas locas de hacer lo restringido.
Hace unos días alguien sabio me sugirió limitar una parte de mí: la fruta. Desde entonces solo sueño, pienso y enloquezco ante cualquier pieza que se preste.
Quizás el truco esté en permitir lo prohibido para así dejar de elegirlo.
EXIF: iPhone5; 1/20; f2,4; 4,1mm; ISO 250; 0 EV Iluminación: Luz fluorescente Postproducción: Niveles, contraste, brillo, recorte y viñeteado |
Hasta mañana,
No hay comentarios:
Publicar un comentario