Hay que asumirlas, como vengan, enfrentarse a ellas de cara y sin mayor temor que el de esperar a que el tiempo pase y vaya decidiendo la evolución por si solo.
Esos días se hacen raros, y cuando estas a 600 km, se hacen tremendamente absurdos. Pero de todo ello aprendes, y mucho. Aprendes a relativizar las situaciones, a quitarle hierro al asunto, pero sobretodo, a tener fe en que el tiempo las va a evolucionar de manera favorable.
Así quiero que sea mi niña, y aún en la distancia, mi fe está absolutamente puesta en que todo esto será un descanso bien merecido para tu cuerpo, y que en breves días seguirás disfrutando de la vida como solo tu sabes hacerlo. En Barcelona, en Argentina y donde quiera que te propongas. Lo harás porque yo lo creo así.
En ese camino te ayudarán tu fuerza y las medicinas, no lo dudo, pero sobretodo te ayudará esa aura de buenaventura que te rodea y que siempre llevas contigo. Desde aquí mi pequeña lluvia de estrellas para que te iluminen en cualquier parte del camino donde te encuentres.
EXIF: iPhone 5 con objetivo macro; 1/15; f 2,4; 4,1mm; ISO 640 Iluminación: Luz de bombilla Postproducción: Saturación, contraste, niveles y recorte. |
Espero que os guste.
Hasta mañana,
PD: El objetivo utilizado fue un regalo que tu me hiciste y utilizarlo hoy era mi manera de estar contigo.
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