Fue una palabra muy utilizada por algunos de los profesores durante toda mi época universitaria. No la entendía muy bien, era un concepto abstracto que intentaban imponerme con talleres prácticos y alguna que otra lectura.
Una vez inmerso en el mundo laboral empiezas a intuir lo que significa, en cuanto ves a gente ajena a ti expresar emociones variopintas que te remueven. Hay algo en ti que te dice que vivir esa experiencia quizás te llevaría a sentir algo parecido. A medida que pasan los años te inmunizas, anonadando a tus seres más queridos con una frialdad que desconocían en ti hasta el momento. Te excusas a ti mismo diciéndote que no puedes implicarte en todo aquello ajeno a ti.
Pero llega un día que tu te sientas al otro lado, porque si, porque eres persona y la profesión no te confiere una inmunidad física. Nunca llegas a vivir lo mismo por mucho que tu situación pueda asemejarse a la del resto de mortales; pero es lo más cerca de la empatía que jamás habrás alcanzado.
Hoy mi imagen intenta captar ese instante, ese momento frío, perverso y hasta incómodo, que sucede el día en que te sientas al otro lado.
EXIF: Iphone 5; 1/20; f 2.4; 4,1 mm; ISO 125; 0 EV Iluminación: Luz halogenos Postproducción: saturación, niveles, contraste, brillo, viñeteado y ligero virado. |
Espero que os guste.
Hasta mañana,
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