Los viernes suelen ser días rápidos y agotadores. Pero aún y así me gustan porque con ellos empiezan dos días de descanso laboral, que agradezco enormemente tras la semana de eterna de actividad.
Hoy llovía a mares, y dude un poco si coger la cámara, pero la emoción que me invade por el inicio del fin de semana me hizo decidir para llevarla igual.
En el camino de vuelta a casa, observaba los paisajes a través del cristal del coche y planeaba las prácticamente 48 horas venideras. Entonces me detuve a pensar en que solitarios se ven esos paisajes urbanos cuando la lluvia acecha. Saqué la cámara y empecé a disparar.
Después de unas cuantas fotos, me llamó la atención un parque infantil vacío. Un lugar que pierde sentido sin sus protagonistas habituales, pero que difuminado tras las gotas de agua gana intensidad por ese colorido que contrasta con el carácter gris del día.
 |
| EXIF: Nikon D7000; 1/80; f 7,1; 35 mm; ISO 800; 0 EV Iluminación: Nublado Postproducción: Brillo, contraste, saturación, niveles y recorte |
Espero que os guste.
Hasta mañana,
No hay comentarios:
Publicar un comentario