Hoy llueve, y me gusta. El agua me encanta en todas sus facetas, poco a poco lo iréis viendo, estoy segura. La lluvia me permite fantasear escenarios pintorescos, dibujar paisajes de postal y dormirme con su sonido. Sabiendo esto, parece que la foto de hoy estaba clara y era fácil. Algo que definiera esa especial relación que tengo con la lluvia y el agua, daba igual el qué, seguro que alguna cosa interesante salía.
Pués no, inocente de mi. Después de 185 fotos, más de 2 horas de edición y encontrar la más variopinta de las fotos sin ninguna que siquiera me llamara mínimamente la atención, me he rendido. He sacado la cámara, he disparado 20 fotos más y he seguido exactamente igual.
Así que, después de varias revisiones, finalmente he optado por la foto de hoy. No será la mejor, ni la más técnicamente correcta que habré hecho; pero significa exactamente lo que han conseguido todas esas imágenes conmigo: la rendición ante unas pocas gotas de agua. Símil perfecto para mi tan dramática cabeza.
EXIF: Nikon D7000; 1/100; f 4,5; 35mm; ISO 100; 0 EV Iluminación: Nublado Posproducción: Brillo, contraste, recorte |
Un saludo,
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