Es la única actividad que hasta al momento ha demostrado ser eficaz en mi búsqueda de la tranquilidad.
Cuando la cabeza se ofusca, el inconsciente aflora y todas esas cosas que no debes hacer empiezan a formar parte de tu lista de tareas diarias...en ese preciso instante debes parar. El resquicio de conciencia que te queda debe ser fuerte, y tomar la sublime decisión de salir a caminar.
No importa el destino, ni el lugar. Sólo haz que tus piernas se muevan, que tu sangre circule de nuevo, que tus músculos entren en calor y el resto se hará solo.
De repente, en mitad de ese paseo, todo se aclarará, las soluciones brotarán, tu sonrisa se dibujará de nuevo y las ventanas de realidad del paisaje te marcaran el camino.
EXIF: iPhone5; 1/6000; f 2.4; 4,1 mm; ISO 50; 0 EV Iluminación: Contraluz de luz directa sol Postproducción: Niveles, contraste, saturación, y brillo |
Hasta mañana,
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