Siempre que llega este día tengo la mala costumbre, muy común entre la mayoría de personas, de hacer un repaso mental de todo lo que he pasado y he aprendido en el año que termina. Tengo la mala costumbre de imaginar como espero el año venidero, y que es lo que me apetece que no cambie, a pesar de los pesares.
2013 no ha sido un año fácil, pero si muy productivo. He aprendido que hay tanta variedad de expresión, como de personas, que no todo el mundo quiere de la misma manera y que eso no significa que no te quieran, si no que lo hacen de modo diferente al que tu crees que es el válido. Pero no es válido lo que tu crees que debería ser, lo único válido es que el sentimiento esté presente, en el modo que cada uno elija o sepa demostrar.
A alguien puede parecerle sencillo de aprender, o a alguien puede parecerle obvio lo que yo he tardado 35 años en descubrir; pero no todo el mundo parte de la misma base ni con la misma capacidad. Así que orgullosa me siento al menos, de haberlo conseguido.
De 2014, sólo espero una cosa; y es despertarme cada mañana con alguien a mi lado que no sólo comparta mi modo de querer sino que además lo acepte y le apetezca que siga siendo el mío el válido. Por ese motivo despido el año con su foto, porque es mi manera de demostrar, que ese sigue siendo mi deseo.
EXIF: Nikon D7000; 1/60; f 1.8; 50 mm; ISO 400; 0 EV Iluminación: Luz día nublado en sombra Postproducción: Saturación, niveles, contraste y brillo. |
Hasta mañana,
No hay comentarios:
Publicar un comentario