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sábado, 2 de noviembre de 2013

Día 18/365: De cosas que nunca cambian

Hay cosas que por muy lejos que te vayas nunca cambian.

Hoy tocaba día de playa y de Esther. Y es que cada vez que vengo a Barcelona, hay dos cosas que no puedo dejar de hacer. Una es mi visita obligatoria al mar, y la otra es ver a mi amiga Esther. Eso es así, porque si pudiera elegir que llevarme a Madrid de mi ciudad sería precisamente a ellos. 

Cuando uno se va lejos de casa echa de menos cosas de su ciudad, a sus amigos, a su familia, en definitiva echa de menos su vida allí. A medida que pasa el tiempo va creando su nuevo espacio, hace amigos y crea su propia familia. Así que, poco a poco, ese echar de menos se convierte en bonitos recuerdos de cuando vivía en otro lugar, y pasan a ser momentos en su memoria de una vida anterior. 

Pero hay cosas que sin saber muy bien porque no consigue cambiar, ni convertir en un prescindible recuerdo. 

De ahí surge mi foto del día. Una las cosas que yo no he conseguido cambiar en estos tres años fuera de mi ciudad,  es mi sensación hogar en ese sofá donde tantas y tantas horas me he puesto a charlar. Cada vez que me siento de nuevo, me invade la necesidad enorme de llevarme ese instante a Madrid para no convertirlo nunca en un recuerdo, y tenerlo siempre como un momento del presente. 

Hay cosas que nunca cambian y ese instante es uno de los que nunca lo hará. La imagen que hoy elijo es ese instante; es mi manera de convertirlo en un eterno presente.



EXIF: Nikon D7000; 1/80; f 1,8; 50 mm; ISO 400; 0 EV
Postproducción: Brillo, Contraste, Niveles y Viñeteado
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Espero que os guste.

Hasta mañana, 

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