Hay veces que la sensación de que el día pasa es totalmente inexistente. Esta locura de sociedad en la que vivimos nos hace creer que el trabajo es nuestra vida y debemos entregarnos a él totalmente. No creo que sea cierto, ni sano, pero hay días que lo consiguen; y eso es lo que me ha pasado a mi hoy.
Dentro de esa vorágine no he pensado en un solo momento en la foto del día, pero al irme para casa, cuando ya el cerebro se relaja y vuelve a su ser, he mirado atrás la puerta que iba a cerrar llevándome a mi libertad y he visto la imagen que, para mi, detalla a la perfección esa sensación. Esa puerta cerrada es la que a mi hoy me daba más sensación de libertad.
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